Son las 21:00hs del viernes 2 de noviembre.
Una agrupación de jóvenes católicos, bautizado como “Los Guardianes de la
Creación”, se encuentra por tercera vez en un salón de la Iglesia
Capuchinos-ubicada en la intersección de Buenos Aires y Obispo Oro- buscando
organizarse para empezar a realizar sus actividades que se enfocaran en
“intentar proteger y ayudar a los seres indefensos, producto del milagro divino”.
Sentados en ronda, la coordinadora,
Marianela Pozzolo, saca su agenda y empieza a nombrar los temas que serán
tratados en la reunión. Comenta que surgió una propuesta por parte del “Refugio
Revivir”, quiénes necesitan voluntarios que los ayuden a ubicar a los perros en
adopción en Córdoba Capital. Alrededor se observan a los demás asintiendo con
la cabeza. La muchacha agregó que los perritos serían llevados al “Parque de
las Naciones” los días sábado al atardecer, para intentar encontrarles un
dueño. Allí una joven pregunta qué sucederá con los animales que no son
adoptados. Luciana Guarini, la otra coordinadora, le respondió que regresarían
al refugio a esperar por otro sábado con “más suerte”, pero que sería necesario
albergarlos por una noche en las casas de aquellos que se puedan ofrecer.Esto era dado a causa de que los responsables de regresarlos al refugio, se veían imposibilitados de
llevarlos de inmediato. Instantáneamente al escuchar eso, muchos se ofrecieron para cumplir la
tarea, pero algunos otros se disculparon al no poder alojarlos porque en sus
edificios no se los permitían.
Luciana agradeció la buena predisposición y
prosiguió con los otros temas concernientes a las salidas nocturnas para dar
comida y agua a los perros sin hogar. “Hay dos problemas que surgieron en la
puesta en actividad”, comentó. “El primero, es la necesidad de más voluntarios
para acompañar en los recorridos y el segundo es que necesitamos fondos para
comprar el alimento ¿Alguno tiene algunas ideas?”.
Una muchacha, apoyada sobre la mesa,
sugirió vender tortas. A lo que otra se opuso, alegando que no dejan ganancias,
por los costos de su elaboración. Así, siguieron sumándose propuestas, hasta
que se acordó pedir colaboración a aquellas personas que pasaban a observar los
animales. Por el otro lado, con respecto a la problemática de la cantidad de
voluntarios, llegaron a la conclusión de que era necesario realizar una
difusión del grupo a través de internet. No sólo para conseguir adhesión a la
causa, sino también para compartir las fotos de los animales dados en adopción.
Así empieza a encauzarse el proyecto de esta agrupación de jóvenes. Ahora
poseen una página en el Facebook, la que se encuentra con el mismo nombre del
grupo y que de a poco va sumando seguidores. Aún es poca la repercusión, pero
ellos demuestran que no es necesario tener capital o contactos. Es suficiente
con predisposición, buenas ideas y ganas de conseguir una Córdoba mejor.
Casi finalizando la reunión, un joven
despistado entró por confusión; pero intrigado por el perrito negro de hocico
canela que daba vueltas apresurado por el salón; se atrevió a preguntar que estaban haciendo
allí reunidas. Una de la muchachas le comentó sobre el proyecto. Y al despertarse
su curiosidad, el chico tomó asiento y pidió que se le cuente más, acerca de cómo surgió, de quién fue la
idea y cómo qué se tenía planificado.
Marianela, un poco tímida, asumió que ella
fue la principal responsable. Con una sonrisa nerviosa, le contó que ella se
encargaba de dar de comer a algunos perros callejeros que rondaban cerca de su
casa y que para comprar la comida pedía colaboración a sus conocidos. Un día,revisando las planillas, notó que la mayoría de los chicos que aportaban a la
causa pertenecían al grupo de "Corazones Solidarios". Fue así como
decidió direccionar su propuesta a un proyecto colectivo y en conjunto con “sus
compañeros de misión”.
"Los guardianes de la creación"
se reúnen los jueves a las 21:00
hs, en los Capuccinos, y allí organizan los recorridos que se harán durante la semana. No hay condiciones para formar parte del equipo. Lo que los une, es el amor
por los animales y la vida. El respeto hacia la naturaleza y la
admiración hacia la creación. Si acaso existiera una condición, seria la de llevar nuestra mejor sonrisa y una dosis de cariño o mimos para los perritos sin hogar. -
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