lunes, 19 de noviembre de 2012

Doctores Peludos






Nadie duda del cariño y la lealtad que los perros nos proveen, no por nada se dice que son “el mejor amigo del hombre”. Pero según estudios recientes son más beneficiosos de lo que muchos creemos.
La Terapia Facilitada por Mascotas (P.F.T. según las siglas en ingles), implica el uso de estos animales en un grupo de personas para brindar un efecto terapéutico. La Cruz Roja se sirve de los perros, no solo para rescatar o localizar personas debajo de escombros, sino también para reducir los efectos negativos de aquellos que pasaron por situaciones traumáticas.
El Shriners Hospital of Children de los Estados Unídos aplica la P.F.T. en la rehabilitación de niños. Por ejemplo, un niño con una pierna ortopédica puede mejorar el equilibrio al lanzarle una pelota a un perro para que este vaya a buscarla, o se podría sostener del mismo mientras camina, hasta acostumbrarse al uso de prótesis. Incluso se utiliza mascotas para tratar niños con autismo o con discapacidades mentales.
Un estudio del Children´s Hospital de San Diego, nuevamente en los Estados Unidos, comprobó que la P.F.T. redujo la percepción de dolor en personas que fueron sometidas a un procedimiento quirúrgico.

En lo terapéutico el uso de perros, no quedan dudas que puede ser muy beneficioso, pero en el hogar son muchos más útiles que sólo para seguridad.
Un estudio realizado en los 80’ por el National Institute of Health (el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos), prueba los beneficios de incorporar un perro al hogar para la crianza y el desarrollo de los niños. Que los chicos estén en contacto con una mascota (no necesariamente con un perro) durante su etapa de crecimiento fomenta en ellos el sentido de la responsabilidad; enseña los procesos naturales de la vida como el nacimiento, reproducción y muerte; disminuye el stress; mejora la autoestima y el bienestar psicológico, pues se sienten muy queridos por su mascota; al cumplir con la obligación de alimentarlos, limpiarlos y cuidar de ellos, estamos creando en su interior una sensación de utilidad y motivación muy positivas; disminuye el número de afecciones psicosomáticas tales como la ansiedad, el dolor de cabeza o abdominal, alteraciones del apetito, o problemas cutáneos.
Como si esto fuera poco se comprobó que el mero hecho de acariciar a nuestro querido perro reduce la tensión arterial lo que permite disminuir la ansiedad, que a su vez es sabido que es algo fundamental para evitar el stress.
En lo socioeducativo los beneficios son aun más importantes, pues por un lado, el jugar con nuestra mascota y el ejercicio que esto produce, ayuda al desarrollo motriz. Además, proporciona un vínculo con la realidad para mejorar la estabilidad emocional. Se crea una relación de confianza mutua que promueve el conocimiento de sí mismo y proporciona aceptación y amor sin prejuicios. Esto se suma a que, teniendo en cuenta que los niños están cada vez más interesados en estar frente a una computadora o jugando con la playstation o en la TV, el perro ayuda a conectarse con la realidad y a generar vínculos con la naturaleza. El jugar con un animal les hace desconectarse y propicia otro tipo de juegos en los que se involucran todos los sentidos y una comunicación más inclusiva, y por sobre toda las cosas: real.
Pero los beneficios no solo se limitan en los niños, los estudios comprueban que en los adultos puede mejorar la calidad de vida después de algún tiempo de convivencia con ellos, ya que ayudan a disminuir el stress y la sensación de soledad, en especial en personas mayores. Además de hacernos levantar de la silla de la computadora: el
perro necesita que lo saquen a pasear lo que obliga a que uno tenga que salir a caminar.
¡Así que ya sabes! Tu perro, hace mucho más por vos de lo que te pide a cambio. Tenlo en cuenta y trátalo como se merece. ¡Acariciándolo, no sólo alegras su corazón sino que también reducís la tensión que la rutina te causa! 
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